Mi elección por estudiar periodismo no era un deseo que tuviese desde siempre. Mentiría al decir que desde chica jugaba a ser una reportera que corría entrevistando a familiares por aquí y por allá, o que construyó una televisión con una caja gigante de cartón pretendiendo ser la presentadora del noticiero, porque no fue así.
Cuando niña no me caractericé por decir “cuando grande quiero ser…”, excepto cuando, en alguna época, tuve ganas de ser pintora -ya que mi abuela lo es y lo encontraba demasiado lindo- Chef, como mi abuelo difunto, incluso monja, pero nada más que eso… creo. Pero mis “sueños de niña” quedaron ahí. Fue cosa de que pasaran algunos años para que me diera cuenta de que, definitivamente, aquellos deseos no eran lo mío (dibujo pésimo, me carga cocinar y no podría ser monja).
Cuando estaba en 2º medio, comenzaron mis intereses por elegir una carrera, ya que mi hermana mayor entró a
Así, pasaron por mi cabeza variadas opciones, muchas de las cuales descarté por un motivo u otro, hasta que las ideas de estudiar Traducción e Intérprete en inglés, Comunicación Audiovisual o Publicidad, me parecían bastante interesantes. Sin embargo, recién en 4º medio que la opción del periodismo tomó importancia.
Debo asumirlo, mi decisión –que al principio muchos no apoyaron- por querer estudiar Periodismo fue simple: “lo único que puedo hacer bien es escribir”, o eso creía hasta antes de entrar a la carrera. Al contrario de algunas amigas mías que tenían claro lo que quería estudiar por un “afán de ayuda y servicio a la sociedad”, yo me incliné por algo que consideraba que podía realizar bien, porque en realidad nunca he sido lectora asidua de los diarios (excepto cuando me hacían pruebas de actualidad en el colegio) y tampoco tomaba mucha atención en los noticieros, pero me gustaba la idea.
Al final, decidí entrar a periodismo. No porque fuera una carrera rentable o con harto campo laboral, porque estamos claros que no lo es… pero supongo que ya era muy tarde para convencerme de otra cosa. Por suerte, tuve el apoyo de mi familia y pololo, aún cuando por esos días saliera un “estudio de mercado” que decía que estudiar periodismo valía hongo y que el futuro de los periodistas se reducía a un solo panorama: la cesantía.
A pesar de todo, pensaba en que podría tener suerte y podría lograr ser una buena periodista y alcanzar mi sueño de ir a recitales gratis a cambio de reportearlos. Sí, lo sé, un argumento bastante poco serio en comparación al rol social que cumple el periodismo, esa misión de la que tanto hablan en la universidad.
Pero bueno… ya voy en tercer año de Periodismo en la Universidad de Chile, y heme aquí creando un pequeño espacio donde podré ir subiendo trabajos de la universidad y pitutos varios, para demostrar mis capacidades periodísticas redaccionísticas tollerísticas.
Bienvenidos!
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